Imipramina: ¿Qué es? Usos, precauciones y efectos secundarios
Actualizado el día 12 de enero de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo
La vida de millones de personas ha estado signada por adversidades que han afectado negativamente su vida, trayendo como consecuencia un bajo estado de ánimo y permanentes sentimientos de tristeza.
Ante el aumento de casos de depresión, el mercado farmacéutico ha respondido con efectivos medicamentos. Entre ellos está la imipramina, que salió en 1951 como el primer antidepresivo tricíclico. En la actualidad se utiliza como tratamiento en determinados trastornos, incluso algunos que no son de tipo depresivo.
Este artículo describe los usos terapéuticos, contraindicaciones y efectos secundarios de la imipramina.
¿Qué es la imipramina?
La imipramina es un fármaco antidepresivo perteneciente al grupo de los tricíclicos. Inicialmente, fue concebido como antihistamínico y también como sedante para tratar pacientes esquizofrénicos.
Este medicamento tiene la capacidad de actuar sobre neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina para inducir en el paciente la mejoría en su estado de ánimo, reducir el insomnio y favorecer su condición psíquica e intelectual.
La Clínica Universidad de Navarra comenta a este respecto que: “La imipramina es un medicamento capaz de elevar las concentraciones de noradrenalina y serotonina a nivel cerebral. Las personas que padecen depresión u otros trastornos nerviosos presentan una disminución de determinadas sustancias como la noradrenalina y la serotonina en las células nerviosas del cerebro”.
¿Para qué sirve la imipramina?
Este antidepresivo tricíclico ha probado su eficacia por décadas para aliviar los síntomas de la depresión mental y la ansiedad. La efectividad de este medicamento radica en que puede aumentar la producción de sustancias naturales en el cerebro que se requieren para mantener el equilibrio mental.
Los expertos de la salud mental y otros profesionales médicos suelen prescribir para atender lo siguiente:
- Enuresis nocturna. Está referida a la micción involuntaria durante el sueño que afecta a niños hasta cierta edad. El uso de la imipramina en estos casos es con la intención de favorecer la retención urinaria.
- Problemas depresivos. Se utiliza para tratar los síntomas del espectro de la depresión. Así que se usa en trastornos como la depresión mayor, la distimia, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, ataques de pánico, agorafobia y trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
- Dolores neuropáticos. Algunos especialistas han sugerido que puede ser útil para tratar dolores asociados a fibromialgia, diabetes y patologías cancerígenas. Aún faltan más estudios para avalar su efecto en estos casos.
¿Cómo usar la imipramina?
La imipramina viene en presentaciones de tabletas y cápsulas para consumo oral. La dosis adecuada puede variar en función de la edad, condición hepática y renal del paciente y la patología a tratar en cada paciente. Por esta razón, es importante atenerse estrictamente a las instrucciones del médico.
Si se emplea para tratar la depresión, suele recomendarse inicialmente 25 mg cada 8 horas, con o sin alimentos, si se trata de un adulto. Mientras que, tratándose de adultos mayores, la recomendación es una dosis inicial de 10 mg cada 8 horas, que se puede incrementar gradualmente hasta un máximo de 50 mg al día.
La Asociación Española de Pediatría sugiere las siguientes dosis para los niños:
- Enuresis nocturna. Niños de 5 a 8 años: 20-30 mg/día. De 9 a 12 años: 25-50 mg/día. Mayores a 12 años: 25-75 mg/día.
- Hiperactividad. Dosis habitual: 0,5 mg/kg/día, y de mantenimiento 1 a 3 mg/kg/día, en 2 o 3 dosis.
- Síndrome doloroso crónico/tratamiento adyuvante del cáncer. Niños de 5 a 8 años: dosis inicial de 10 mg/día, incrementar en 10 días hasta 20 mg. De 9 a 14 años: 20-50 mg al día. Mayores de 14 años: De 50 a 80 mg.
¿Qué precauciones hay que considerar al usar la imipramina?
La imipramina posee una potencia farmacológica muy intensa, dada su interacción con los receptores de varios neurotransmisores. Por lo tanto, hay que considerar las siguientes precauciones:
- No se recomienda su uso en niños menores de 5 años.
- Este medicamento puede causar alteraciones del comportamiento.
- Tras suspender su uso es posible las recaídas de la enuresis nocturna en niños.
- Durante el tiempo que dure el tratamiento con imipramina se sugiere hacer electrocardiogramas de forma periódica.
- El tratamiento no debe sobrepasar los 3 a 6 meses, a menos que el médico lo indique.
Contraindicaciones e interacciones de la imipramina
En los siguientes casos está contraindicado este fármaco:
- Pacientes con problemas renales y hepáticos.
- Personas que padezcan de epilepsia.
- Historial de alcoholismo del paciente.
- Hipertiroidismo.
- Diabetes.
- Glaucoma.
- Alteraciones del sistema cardíaco.
Las interacciones con otros medicamentos son estas:
- Disminuye el efecto de algunos antihipertensivos.
- Potencia los efectos de barbitúricos, benzodiazepinas, anestésicos generales, atropina, biperideno y levodopa.
Efectos adversos de la imipramina
Las reacciones adversas más comunes que se reportan tras el uso de la imipramina son estas:
- Somnolencia.
- Mareo.
- Náuseas y vómitos.
- Taquicardia.
- Sequedad de la boca.
- Retención urinaria.
- Hipertensión.
- Visión borrosa.
- Calambres intestinales.
- Aumento del apetito.
- Estreñimiento.
Han pasado siete décadas desde que empezó a utilizarse la imipramina y aún hoy continúa siendo útil para tratar condiciones depresivas y de otra índole. Está claro que si se emplea de forma correcta se pueden obtener muchos beneficios para la salud mental.
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