Síntomas de Estrés, Causas, Tratamientos y Prevención

Actualizado el día 24 de mayo de 2023 por Alfredo Carpintero Angulo

El estrés es la respuesta del cuerpo ante tensiones, emociones o desafíos. Una dosis de estrés es positiva porque permite que se desarrolle la capacidad de adaptación, además, libera una serie de hormonas que sirve para responder de forma inmediata ante situaciones de riesgo.

Sin embargo, cuando el cuerpo se somete a largos períodos de estrés pueden presentarse una serie de síntomas que comprometen el estado de salud de la persona.

En este artículo hablaremos de los síntomas del estrés, las causas y en qué momento es adecuado el uso de tratamiento médico.

¿Qué es el Estrés?

El estrés se puede definir como un sentimiento que permite que el ser humano pueda reaccionar de forma inmediata ante una situación difícil. Es como un sistema de emergencia del cuerpo.

Dado que es una respuesta natural, se puede experimentar a cualquier edad. El Doctor Hans Selye, quien fue director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de la Universidad de Montreal dijo “Puesto que es la respuesta inespecífica del cuerpo ante una necesidad, todos lo sentimos constantemente a cierto grado”.

Cuando se experimenta el cuerpo empieza a drenar una serie de hormonas como el Cortisol o Adrenalina, lo que permite que el cerebro este activo y atento ante una situación específica.

En otras palabras, el cuerpo se prepara para hacer frente a la causa del estrés, una vez superado, el cuerpo regresa al estado normal.

Principales causas del estrés (Síntomas y consecuencias del estrés)

Puede ser causado por varios factores, por ejemplo, el temor por el futuro, un cambio de situación (como pérdida del empleo, enfermedad o la muerte de un familiar).

Desde luego, también se puede experimentar en situaciones concretas muy breves como, por ejemplo, una larga cola para pagar, una rutina agotadora, una discusión, etc. 

Sin embargo, el estrés crónico se desarrolla cuando el problema que se padece no parece tener salida, ocasionando episodios de ansiedad.

Tipos de Estrés

El estrés por sí mismo no es malo, de hecho, la Asociación Americana de Psicología utiliza una analogía interesante para explicar el equilibrio de este sentimiento.

Ellos la comparan con la tensión de la cuerda de un violín, si hay poca presión el sonido será desafinado y bajo, pero si es muy fuerte se rompe. ¡Hay que hallar el equilibrio! En general, se clasifica en dos tipos.

Estrés agudo

Este es el más común y procede de las situaciones cotidianas, lo experimentamos en medio de una discusión, un examen del colegio, en el trabajo, etc.

Generalmente son situaciones concretas y muy breves, los cuales se enfrentan con relativa facilidad. Se puede decir que es el tipo de estrés positivo, ya que estimula los sentidos.

Estrés crónico

Este tipo de estrés es duradero, puede desencadenarlo la pobreza extrema, un divorcio, entre otras causas. El paciente se siente abrumado, solo, irritable. Quien lo padece se enferma física y mentalmente.

Si persiste por semanas, entonces es catalogado como estrés crónico. Lo que hace peligroso a este último es que, la persona que lo experimenta puede “acostumbrarse a ese nivel de estrés” lo que impide que busque ayuda profesional, y se agrave el cuadro clínico.

Síntomas del Estrés

Experimentar algo de presión al conducir, o discutir puede provocar algo de estrés. No obstante, si se lleva una vida ajetreada, es decir, con muchas tareas y te sientes agotado, es posible que estés a un paso de experimentar el estrés crónico. Es necesario estar alerta ante estos síntomas:

• Dolores de cabeza
• Cansancio excesivo
• Insomnio o somnolencia
• Peso corporal inestable
• Músculos tensos
• Problemas digestivos
• Irritabilidad
• Ansiedad e inquietud
• Libido bajo

Efectos comunes del estrés

El estrés crónico es un verdadero riesgo para la salud. A continuación, te explicaremos algunas de las principales consecuencias del estrés:

• Sistema inmunitario débil o defensas bajas
• Desgaste emocional
• Acné
• Problemas menstruales
• Diabetes
• Depresión
• Aislamiento y deterioro de las relaciones interpersonales
• Ansiedad
• Presión arterial alta
• Contracturas musculares

Todas estas consecuencias se dan debido al alto nivel de preocupación. El paciente puede incluso engordar debido a la ansiedad, o adelgazar debido a la depresión.

Por otro lado, es posible que a causa de la presión se sucumba en hábitos nocivos con la finalidad de “relajarse”, los cuales pueden agravar el cuadro clínico del paciente, como, por ejemplo, fumar o beber alcohol en exceso.

Prevención

El estrés es un problema que puede controlarse, para ello es necesario reconocer los síntomas y tomar acción antes de que la situación se salga de control. Aquí te presentamos algunos consejos para prevenir el estrés crónico:

• Practica técnicas de relajación. Cuando te sientas presionado, respira ondo, puedes practicar Yoga.
• Disminuye las cosas que causan irritación. La mejor forma de frenarlo es procurar dar solución al problema en concreto, así que, trata de hacer frente a él, conversa el asunto con familiares.
• Trata de ser positivo. En ocasiones las causas vienen de la imaginación, es decir, del miedo al futuro. Por eso, trata de evitar pensar en lo peor, de lo contrario te desgastarás emocionalmente, lo que puede llevar a padecer alguna enfermedad mental.
• Trata de buscar momentos para descansar. Aunque lleves una vida ocupada, aparta tiempo para pensar y descansar.
• Cambia algunos hábitos. Inicia con tener una dieta saludable y hacer ejercicios, deja el tabaco.
• Utilizar Flores de Bach, muchas personas pueden tener un aliado con las flores de Bach para combatir la tristeza, nervios, soledad. Existen 38 tipos de flores para cada estado emocional.

¿Cuándo contactar a un profesional médico?

Si el nivel es muy alto y consideras que no puedes controlar la situación es mejor acudir a un especialista.

Un terapeuta puede ayudarte al proveerte alternativas que se ajusten a tus circunstancias personales, y por tanto obtener un tratamiento adecuado. El estrés crónico requiere de atención medica inmediata.

No subestimes los efectos del estrés, recuerda que puede robarte el ánimo e incluso el deseo de vivir, de modo que, es un enemigo silencioso.

Por eso, si estás padeciendo algunos de los síntomas que ya hemos explicado en este artículo, tales como falta de sueño, cansancio extremo, dolores de cabeza frecuentes, etc., te recomendamos que acudas al médico.

Es posible que la causa esté ligada con algunas experiencias traumáticas, en ese caso un profesional de la salud podrá dispensarte el mejor tratamiento.

Las Flores de Bach en el estrés

El doctor Edward Bach fue especialista en patología, homeopatía y bacteriología (entre otros títulos académicos), creía que la clave del bienestar emocional y la salud general se podía encontrar en las flores silvestres, plantas o árboles distintos.

Dedicó toda su vida a investigar las aplicaciones de estas plantas para gestionar las emociones, identificó 38 esencias florales. Estas flores pueden tomarse de manera individual o en combinación de esencias. Estos remedios se basan en los estudios realizados durante toda su vida.

Edward Bach, creía que la clave de la salud general era cuidar tanto de la mente como del cuerpo, creó Las Flores de Bach® Originales en la década de 1930. Bach dedicó toda su vida a investigar las aplicaciones de las plantas y las flores para ayudar a gestionar las emociones.

En total, identificó 38 esencias florales, cada una de ellas extraída de una flor silvestre, una planta o un árbol distinto y asociada a un estado emocional diferente.

Bibliografía:

• Lee, D. J., Lee, L. O., Bovin, M. J., Moshier, S. J., Dutra, S. J., Kleiman, S. E., Rosen, R. C., Vasterling, J. J., Keane, T. M., & Marx, B. P. (2020). The 20-year course of posttraumatic stress disorder symptoms among veterans. Journal of Abnormal Psychology, 129(6), 658–669. https://doi.org/10.1037/abn0000571
• Pérez-Valenzuela, C., Terreros, G., & Dagnino-Subiabre, A. (2019). Effects of stress on the auditory system: an approach to study a common origin for mood disorders and dementia. Reviews in the Neurosciences, 30(3), 317–324. https://doi.org/10.1515/revneuro-2018-0018
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