Haloperidol: ¿Qué Es Usos, Precauciones Y Efectos Secundarios? - Farmacia Angulo
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Haloperidol: ¿Qué es usos, precauciones y efectos secundarios?

Actualizado el día 13 de marzo de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo

Las enfermedades mentales pueden afectar de manera considerable la vida de las personas, tanto de quienes la padecen, como de quienes le rodean. Por eso, es un gran alivio contar con fármacos útiles para reducir los síntomas de estos padecimientos. Estos se conocen como antipsicóticos. Uno de ellos es el haloperidol.

En este artículo veremos qué es el haloperidol, cómo se usa y cuáles son las precauciones a tomar en cuenta durante su utilización.

¿Qué es el haloperidol?

El haloperidol es un medicamento para tratar enfermedades mentales, por ejemplo, la esquizofrenia. De hecho, fue de los primeros fármacos empleados para tratar esta clase de enfermedades. Por ello, se le incluye en la categoría de los antipsicóticos.

Su descubrimiento fue gracias al científico de origen belga Paul Janssen. Y su empresa farmacéutica fue la encargada de su elaboración y presentación en la década de los 50. 

Usos de haloperidol

El haloperidol es un medicamento antipsicótico que se utiliza para tratar diversas condiciones médicas. A continuación, se describen algunos de los usos más comunes de este medicamento:

Trastornos psicóticos: El haloperidol se utiliza para tratar trastornos psicóticos como la esquizofrenia. Ayuda a reducir los síntomas de la psicosis, como alucinaciones (percepciones falsas) y delirios (creencias falsas).

Agitación y agresión: El haloperidol puede utilizarse para controlar la agitación y la agresión en personas con trastornos mentales graves o en situaciones de emergencia psiquiátrica.

Trastorno bipolar: A veces, se prescribe haloperidol como parte del tratamiento para el trastorno bipolar, especialmente en casos de manía grave.

Náuseas y vómitos: En algunos casos, el haloperidol se usa para tratar náuseas y vómitos resistentes a otros tratamientos, como los asociados con la quimioterapia o la radioterapia.

Síndrome de Tourette: El haloperidol puede ser eficaz en el tratamiento de los síntomas del síndrome de Tourette, que incluyen tics motores y vocales.

Delirio: En entornos médicos, el haloperidol se usa a veces para tratar el delirio, un estado de confusión y desorientación que puede ocurrir en pacientes hospitalizados, especialmente en pacientes mayores.

Trastornos de la conducta alimentaria: En algunos casos, el haloperidol se ha utilizado para tratar síntomas agresivos o autolesiones en personas con trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa.

Trastornos del movimiento: El haloperidol también se ha utilizado en el tratamiento de trastornos del movimiento, como la enfermedad de Huntington, para ayudar a controlar los movimientos involuntarios.

El haloperidol consigue reducir de manera efectiva y segura la actividad cerebral excesiva. Se puede conseguir en dos presentaciones, comprimidos y en gotas, permitiendo ambas opciones ser ingeridas de manera oral.

Dosis a usar

Los detalles del tratamiento siempre serán responsabilidad del médico. Debido a que se trata de un medicamento antipsicótico la dosis a administrar siempre debe ser la elegida por el facultativo, normalmente se empieza a dosis bajas y se incrementa según resultados y posibles efectos adversos, hasta conseguir resultados deseados.

Se debe estar en constante comunicación con el médico tratante, para que él le pueda señalar la dosis a ingerir, los cambios que debe hacer en la cantidad, de ser necesarios, así como el momento de detener el tratamiento. Es vital no alterar la ingesta de haloperidol, a menos que el experto en salud así lo indique.

Precauciones al usar haloperidol

La principal precaución al usar haloperidol es seguir las recomendaciones médicas al pie de la letra. Esto contribuirá en gran manera a sacar el mayor provecho del fármaco, sin poner en riesgo la salud del paciente. Además, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios destaca las siguientes normas a tomar en cuenta.

  • Alergias. Si el paciente es alérgico a alguno de los componentes del haloperidol, el médico debe saberlo, para que indique el uso de otro fármaco con efecto similar.
  • Interacción con otros medicamentos. Debido a que, al combinar el haloperidol con otros fármacos, podría haber reacciones adversas, es necesario que el profesional de la salud sepa cuáles está empleando el paciente.
  • Enfermedades presentes. Para quienes han padecido Parkinson, cáncer de seno, problemas cardíacos o dificultades para mantener el equilibrio, es probable que el médico opte por prescribir otro medicamento. Por eso, se le debe informar.
  • Etapa del embarazo. Si la paciente está embarazada, no debe consumir haloperidol, por el riesgo alto de que el bebé padezca graves problemas de salud.
  • Efectos secundarios. Si en el pasado el paciente tuvo que dejar cierto medicamento para su enfermedad mental, debido a los efectos negativos que producía, el doctor debe conocerlos, para monitorear de cerca los que el haloperidol produce.

Es necesario señalar que, dependiendo de la condición de salud, así como el tipo de enfermedad que padezca el paciente, el profesional de salud podría indicar otras precauciones a considerar.

Efectos secundarios del haloperidol

El haloperidol produce muchos efectos secundarios, sobre todo cuando se trata de pacientes que lo utilizan por primera vez. Estos son algunos de ellos.

  • Problemas en la cavidad bucal. Estos incluyen exceso de saliva o, por el contrario, sensación de sequedad prolongada.
  • Alteraciones en la visión. Se torna borrosa, llegando incluso a perderse casi por completo, especialmente en el horario nocturno.
  • Malestares estomacales. Es uno de los efectos más amplios y comunes. Incluye dificultad para defecar con normalidad y, en otros casos, presencia de diarrea. Además, la persona puede presentar náuseas, mareos, vómitos y acidez.
  • Insomnio. Hay dos clases de problemas relacionados con este punto. Algunas personas no consiguen conciliar el sueño, mientras que otras logran hacerlo, pero se despiertan tras unas pocas horas.
  • Movimientos involuntarios. Por lo general ocurren en los ojos y las extremidades. Estos son fáciles de identificar debido a que son lentos y carecen de naturalidad. En el caso de otras personas, pueden perder la movilidad en la cara de forma temporal.
  • Alteración de los nervios. Algunos pacientes experimentan nerviosismo, temor, agitación, mientras que otros sufren cambios radicales en su estado de ánimo. Estos efectos guardan relación con la dificultad para dormir en algunas personas.

Aunque se trata de síntomas muy desagradables, todos suelen ceder con el paso de los días. Con todo, es importante informar al médico sobre su presencia. Ahora bien, si alguno de los siguientes efectos aparece, se debe acudir cuanto antes al centro de salud.

  • Fiebre. Para que sea motivo de alarma, esta debe extenderse por más de 12 horas de manera consecutiva.
  • Rigidez. Se puede presentar en brazos, piernas o rostro.
  • Problemas en la cavidad bucal. Entre estos podemos mencionar la incapacidad para mantener la lengua dentro de la boca, sensación de dolor en la garganta, además de tener que hacer un esfuerzo grande para tragar.

Cualquiera de estos síntomas podría aparecer de manera momentánea. Si ese es el caso, no hay de qué preocuparse. Con todo, siempre es relevante la comunicación médico-paciente. De esa forma se podrá hacer uso del haloperidol de manera exitosa.

Bibliografía

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Farmacéutico. Número de colegiado: 1687. Mi formación académica incluye una Licenciatura en Farmacia, y estoy colegiado por el colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo, en colaboración con la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Además, amplié mis competencias con una Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética. Poseo calificación profesional como técnico ortopédico y me he especializado en el campo de la nutrición aplicada al deporte.