¿Qué son los lípidos y para qué sirven?
Actualizado el día 4 de septiembre de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo
Existe una noción general de los lípidos, y lo común es que, las personas lo asocien solo con compuestos que causan enfermedades cardiovasculares, así que muchos comparten una visión negativa de ellos.
No obstante, la realidad es otra, los lípidos cumplen una misión crucial en el cuerpo humano, por ejemplo, son vitales para el almacenamiento de la energía que necesitamos para realizar las actividades diarias y para el desarrollo de la membrana celular.
¿Qué son los lípidos realmente? ¿Cuáles son las funciones que cumplen en el organismo? Estas y otras interrogantes se responden en este artículo.
¿Qué son los lípidos?
Los lípidos son un conjunto de moléculas biológicas compuestas por carbono e hidrógeno principalmente, y en menor medida puede contener oxígeno, azufre, nitrógeno y fósforo.
Estos elementos nutritivos están presentes en los alimentos y proporcionan buena parte de la energía que necesitamos para vivir. Se almacenan en el organismo para ser utilizados luego si se reduce el aporte de hidratos de carbono.
Entre las características más sobresalientes de los lípidos está el hecho que son insolubles en agua y son altamente energéticos, tanto así que 1 gramo de lípidos aporta 9 kilocalorías.
Los lípidos más comunes en el torrente sanguíneo son el colesterol y los triglicéridos.
Principales tipos de lípidos que se encuentran en los alimentos
Antes de explicar cuáles son los principales tipos de lípidos que están presentes en los alimentos, es bueno aclarar una confusión existente entre los lípidos y las grasas. Y es que no todos los lípidos son grasas, pero todas las grasas son lípidos.
Se distinguen tres tipos de lípidos en los diferentes alimentos que se consumen en la dieta:
- Grasas. Entre ellas, las grasas saturadas, que en exceso pueden ocasionar problemas de colesterol y enfermedades circulatorias. Se encuentran en alimentos como las carnes rojas, mantequilla y aceites de palma y coco. Las grasas insaturadas son en su mayoría aceites que regulan el nivel de colesterol, están presentes en el aceite de oliva, de soja, de maíz, los frutos secos, aguacates y los pescados azules.
- Fosfolípidos. Intervienen en el transporte de lípidos y en la constitución de la membrana celular. Se hallan en alimentos como las nueces, almendras, yema de huevo, lecitina de soja, vísceras, pescados, mariscos y cereales.
- Colesterol. Es clave en la formación de la membrana celular y contribuye a la síntesis de hormonas sexuales y las sales biliares. Lo contiene el tocino, mantequilla, leche, aceite de coco, carne magra, frutos secos, aguacate, aceites de oliva y en los pescados azules.
¿Para qué sirven los lípidos?
Los lípidos están asociados con el transporte y absorción de nutrientes y la síntesis de hormonas. Eso es solo una muestra de su importancia, pero estos compuestos desempeñan también otras funciones, tales como:
- Aporte de energía. Los triglicéridos son usados como reserva energética en las células adiposas. Suministran 9 kcal/g.
- Forman la estructura celular. Los fosfolípidos, glucolípidos y el colesterol conforman las membranas celulares. Proporcionan consistencia y protección a los órganos.
- Actúan como biocatalizadores. Facilitan las reacciones químicas que se realizan en el organismo. En esto participan las vitaminas lipídicas, las prostaglandinas y las hormonas esteroideas, como la progesterona y la testosterona.
- Sirven como aislantes térmicos. Los lípidos funcionan como regulador térmico del organismo. Contribuyen a mantener la temperatura corporal.
- Transportan vitaminas liposolubles. Participan en el transporte de vitaminas A, D, E y K y en su absorción en los intestinos. Esta función la realiza en conjunto con los ácidos biliares y las lipoproteínas.
- Realizan tareas de regulación. Desarrollan acciones de control hormonal, por ejemplo, el colesterol es precursor de compuestos como las hormonas sexuales y la vitamina D.
Necesidades diarias de lípidos
Los estereotipos de la belleza han llevado a muchos a considerar los lípidos como temidos enemigos. Sin embargo, en honor a la verdad, las funciones que realizan en el cuerpo humano son sencillamente imprescindibles, la cuestión radica en que estén presentes en nuestro organismo en su justa medida.
Hay ciertos lípidos, como el ácido linoleico o el linolénico, que son considerados ácidos grasos esenciales, que si no se incluyen en la dieta, pueden producir afecciones de salud o deficiencias hormonales.
La Clínica Universidad de Navarra recomienda que las grasas que se consumen deben aportar entre un 20 y un 30% de las necesidades energéticas diarias.
Ahora bien, esta institución hace una importante aclaratoria al decir que: “nuestro organismo no hace el mismo uso de los diferentes tipos de grasa, por lo que este 30% deberá estar compuesto por un 10% de grasas saturadas (grasa de origen animal), un 5% de grasas insaturadas (aceite de oliva) y un 5% de grasas poliinsaturadas (aceites de semillas y frutos secos)”.
¿Cómo sacarle provecho a los lípidos?
La ciencia médica sigue descubriendo nuevos hallazgos acerca de los lípidos. Uno de estos conocimientos guarda relación con sus propiedades antiinflamatorias, lo cual ha facilitado la creación de productos adaptados a la nutrición enteral y parenteral que pueden usarse para tratar enfermedades inflamatorias intestinales, aterosclerosis, la fibrosis pulmonar y la artritis reumatoide, por mencionar algunas.
Desde su nacimiento, los bebés pueden beneficiarse de los lípidos que ayudan en su desarrollo cerebral mediante la leche materna, que debe ser su principal fuente nutricional.
En el caso de los adultos, pueden sacarle el máximo partido a los lípidos de forma moderada, dando prioridad a las grasas omega 3 en su alimentación, consumiendo frutos secos, pescados azules y grasa omega 6 que se encuentran en las semillas de girasol, nueces, la soja, el maíz y sus aceites.
No cabe duda, los lípidos son esenciales para la vida, y si se consumen de forma apropiada pueden contribuir a las funciones orgánicas sin afectar la salud.
Bibliografía
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