Dicloxacilina: ¿Qué es y para qué sirve?

Actualizado el día 12 de enero de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo

El premio Nobel de medicina Alexander Fleming descubrió en 1928 el primer antibiótico, la penicilina, que en poco tiempo pasó a utilizarse ampliamente en el campo de la medicina.

Menos de un siglo después de este suceso histórico, la ciencia médica ha saturado el mercado farmacéutico de eficaces antibióticos para combatir diversas infecciones causadas por bacterias, uno de ellos es la dicloxacilina, que goza de cierta popularidad en diversos países.

Este artículo girará en torno a explicar cuáles son sus indicaciones terapéuticas y los posibles efectos secundarios que puede ocasionar su uso.

¿Qué es la dicloxacilina?

• Fórmula: C19H17Cl2N3O5S
• Número CAS: 3116-76-5
• Masa molar: 470,327 g/mol
• Vida media: 0.7 horas
• Clasificación: Antibiótico betalactámico
• Metabolismo: Hepático
• Biodisponibilidad: 60 a 80%

La dicloxacilina es un antibiótico betalactámico, del tipo de las penicilinas y resistente a las penicilinasas, las cuales son enzimas que producen ciertos microorganismos, capaces de hidrolizar e inactivar la penicilina.

Se sabe que su acción es bactericida y consiste en inhibir la síntesis de la pared bacteriana y provocar la muerte de algunos microorganismos dañinos, de ahí su gran efectividad cuando se usa para tratar determinadas patologías infecciosas.

Dado sus atributos, se emplea para el tratamiento de infecciones causadas por bacterias gram positivas, como por ejemplo Staphylococcus aureus, y para tratar infecciones causadas por estreptococos del grupo A como Streptococcus pneumoniae.

¿Qué usos se da a la dicloxacilina?

Como se encuentra emparentado con la familia de las penicilinas, la dicloxacilina se utiliza para tratar infecciones causadas por ciertos tipos de bacterias. 

Su acción bactericida es de suma utilidad y ha sido empleado con éxito por miles de médicos para combatir ciertas infecciones bacterianas. Así mismo ha demostrado efectividad para tratar infecciones de la piel y de los ojos, infecciones del sistema linfático, del aparato digestivo, reproductor y urinario. También se utiliza frecuentemente para el tratamiento de la mastitis en madres lactantes.

La acción de esta medicina se usa para combatir afecciones de las vías respiratorias superiores como la amigdalitis, la faringitis y la faringoamigdalitis. Pero también para tratar enfermedades de las vías respiratorias inferiores como la bronquitis, bronconeumonía y neumonía de focos múltiples.

Algunos estudios médicos han comprobado la efectividad de la dicloxacilina en el tratamiento de las infecciones producidas por microorganismos sensibles a su acción bactericida, podría mencionarse entre estos la furunculosis, el impétigo, las heridas infectadas por estafilococos, la celulitis, abscesos y otras infecciones de piel.

En resumen, su principal indicación es para la cura de enfermedades provocadas por los estafilococos productores de penicilinasa, neumococos grupo A-beta, estreptococos hemolíticos, penicilina G-resistentes y penicilina G-estafilococo sensible.

¿Cómo se debe tomar la dicloxacilina y cuánto tarda en hacer efecto?

La dicloxacilina se presenta en cápsulas para tomar por vía oral. La dosis usual para adultos que prescriben los médicos es de 500 mg cada 6 horas.

Este fármaco se debe tomar con el estómago vacío, y lo más recomendable es hacerlo al menos una hora antes o dos horas después de las comidas. La duración del tratamiento dependerá del tipo de infección que se esté tratando.

Con la finalidad de evitar contratiempos, es importante tomar la dicloxacilina exactamente como lo indique el especialista de salud, por eso, es muy imprudente alterar de manera voluntaria la cantidad o la frecuencia que se haya prescrito.

Tratándose de infecciones agudas, la dicloxacilina puede surtir efecto entre tres y cinco días después del comienzo del tratamiento. 

Precauciones al usar dicloxacilina 

Reviste particular importancia que antes de iniciar el tratamiento con dicloxacilina se informe al médico si alguna vez se ha experimentado reacción alérgica a las penicilinas u otros betalactámicos. 

Para no incurrir en errores al administrar medicamentos, es conveniente recordar que los antibióticos como la dicloxacilina no funcionan para resfriados, influenza u otras infecciones virales.

En otro orden de ideas, la experiencia clínica parece indicar que existe poco riesgo de usar este producto durante el embarazo. Sin embargo, esto debe evaluarse con asistencia médica.

En cuanto a la lactancia, al parecer las penicilinas se excretan en una proporción muy baja en la leche materna. No obstante, aunque la dicloxacilina se usa para la mastitis, en algunas oportunidades, la microbiota oral e intestinal del bebé podría verse afectada, dando lugar a episodios de diarrea.

No se recomienda el empleo de este medicamento en niños menores de tres meses, así como en pacientes con insuficiencia renal y hepática, con historial clínico de enfermedades gastrointestinales, especialmente colitis pseudomembranosa, o con hipersensibilidad al principio activo o a cualquiera de los componentes de este fármaco.

Durante una terapia prolongada con este fármaco, es necesaria la revisión periódica de la función órgano sistémica, incluyendo hematopoyética, renal y hepática. 

¿Puede la dicloxacilina interaccionar con otros medicamentos y sustancias?

Un aspecto que no debe olvidarse cuando se decide usar dicloxacilina es que al ser una penicilina, puede reducir la excreción de metotrexato cuando se consumen de forma conjunta. Es fundamental considerar este asunto, por cuanto esto puede conllevar un aumento de su toxicidad.

Por otro lado, se ha descubierto que las penicilinas pueden interaccionar con los anticonceptivos orales, y como resultado disminuyen su eficacia, aumentando de esta manera el riesgo de embarazo.

Otro punto a tener presente es la importancia de informar al médico si se está usando anticoagulantes como warfarina o cualquier antibiótico como la gentamicina, tobramicina o garamycin.

Y no menos importante es el hecho de que al ingerir dicloxacilina no se puede consumir alcohol, debido a que este puede potenciar los efectos adversos del fármaco, como las náuseas y los vómitos, e incrementa el riesgo de sufrir mareos o desmayos.

Efectos secundarios del dicloxacilina

Los antibióticos siempre han estado asociados fundamentalmente a efectos adversos en el sistema gastrointestinal, por eso, podrían ocasionar colitis pseudomembranosa, vómitos, flatulencias, náuseas y diarreas. 

A menudo, como sucede con otras penicilinas, la dicloxacilina puede producir síntomas alérgicos como la urticaria, el prurito, rash cutáneo o reacciones anafilácticas, en casos de alergias graves.

También se han documentado casos de reacciones alérgicas como hinchazón del rostro o las manos, hormigueo en la boca o garganta, opresión en el pecho, falta de aliento o dificultad al respirar.

Desde que salió a la luz el primer antibiótico se han creado infinidad de potentes fármacos para curar enfermedades infecciosas, y la dicloxacilina ha demostrado no ser la excepción. 

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