Bursitis: Síntomas, Diagnóstico Y Tratamiento - Farmacia Angulo
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Bursitis: Síntomas, diagnóstico y tratamiento

Actualizado el día 13 de marzo de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo

Según un estudio realizado en España, entre los pacientes con bursitis superficial predominaron los hombres con más del 80% de los casos. Las mujeres demostraron ser más propensas a sufrir de bursitis profunda, con más del 78% de los casos. Como vemos, es un problema que afecta a todos por igual.

En este artículo veremos qué es la bursitis, los síntomas que presenta y el tratamiento correcto para cada caso.

¿Qué es la bursitis?

Los huesos tienen varios elementos que ayudan a la movilidad y amortiguación para evitar daños en los huesos. La bursitis se presenta cuando las bolsas llenas de líquido sinovial, que funcionan como amortiguador o almohadilla entre los tendones, músculos y articulaciones, se inflaman. Esta inflamación produce dolor dificultando la movilidad.

Esta enfermedad es común cuando la persona ejecuta movimientos fuertes y repetitivos. Las zonas más afectadas son hombros, codos y cadera. Sin embargo, puede aparecer también en muñecas, rodillas, talón y dedo gordo del pie. La bursitis normalmente mejora con un reposo adecuado. De esta manera se evitan más traumatismos y se promueve la desinflamación del área.

Síntomas de la bursitis

Los ligamentos, músculos y articulaciones que están entre las zonas con más movimiento trabajan en conjunto, por lo cual, cuando estas bolsas sinoviales se inflaman, se ve afectada toda la zona que la rodea. Entre los síntomas de una bursitis encontramos los siguientes.

  • Dolor. Puede variar su intensidad.
  • Rigidez. Especialmente en la zona afectada.
  • Hinchazón. Es el síntoma principal.
  • Enrojecimiento. Sobre todo, si se usa ropa ajustada o el área inflamada entra en contacto con algún objeto.
  • Limitación de la movilidad. Dependiendo de la gravedad de la afección, el paciente podría tener que reposar por muchas horas.

Hay síntomas que pueden llegar a ser graves y demandan atención médica cuanto antes. Entre los que pueden representar una emergencia están los de la lista que veremos a continuación. 

  • Incapacidad. Puede ser repentina e impide mover una articulación.
  • Dolor. Cuando se trata de una intensidad excesiva.
  • Hinchazón. Al igual que el dolor, es muy elevado.
  • Otros problemas. Incluye moretones o erupciones en la zona, así como infección de la bolsa sinovial. A estos se le puede sumar también la fiebre.

El paciente no debe automedicarse ni seguir con las actividades físicas intensas, hasta la desinflamación completa de la zona. Estos síntomas pueden ser graves y generar otras patologías, por lo que se recomienda tratarlos a tiempo.

La bursitis suele aparecer después de los 40 años, porque la resistencia del tejido de la bolsa sinovial ante los movimientos disminuye. Los casos más frecuentes oscilan los 50 años de edad. Esta enfermedad, cuando es aguda, causa dolor repentino y se alivia con facilidad, pero si se vuelve repetitiva y constante, se le considera un caso crónico.

Causas de la bursitis

La bursitis aparece por los movimientos repetitivos, o la presión mantenida sobre una articulación. Puede ser también debido al roce excesivo con el hueso o como un síntoma de otra patología adyacente. Estas son algunas de las posibles razones de su presencia.

  • Enfermedades reumáticas. Estas afectan huesos, músculos y tendones, pudiendo provocar bursitis. En algunas ocasiones, el dolor es provocado por alguna enfermedad reumática que afecta la zona, sin que se trate de este padecimiento.
  • Enfermedades hormonales. Estas alteran el equilibrio hormonal del cuerpo, afectando el nivel óseo y el nivel de masa muscular. Esto compromete muchas de sus funciones. Si se están empleando inmunosupresores, las infecciones pueden ser frecuentes.
  • Infecciones y heridas. Las infecciones alteran el estado natural de los tejidos de las bolsas sinoviales, y las heridas o golpes hacen lo propio con las articulaciones. También pueden provocar la inflamación de la bolsa sinovial.

Aun con buena salud, las actividades que requieren movimientos repetitivos, como los efectuados por peluqueros, carpinteros, deportistas o pianistas, tienden a generar bursitis. Para prevenirla, se pueden utilizar herramientas eléctricas, que permiten evitar el sobreesfuerzo

Diagnóstico de la bursitis

El médico realizará una exploración física para localizar la inflamación y revisar el estado general de la zona. En algunas ocasiones, esto no basta para diagnosticar la bursitis. En ese caso, se pueden efectuar ciertas pruebas y análisis.

Las pruebas por imágenes, como los rayos X, la radiografía y la resonancia magnética, no reflejan una bursitis. Sin embargo, sí pueden ayudar a descartar otras posibles patologías que generan dolor en las articulaciones.

Los análisis de sangre ayudan al médico a detectar si el origen de la inflamación está en una enfermedad hormonal. También se puede extraer una muestra del líquido sinovial para su posterior evaluación, y de esta manera, identificar la causa de la inflamación.

Tratamiento para la bursitis

El primer tratamiento ante una bursitis es el descanso de la articulación, seguido de compresas de hielo y analgésicos vía oral, para aliviar los dolores. En primera instancia, suele ser un tratamiento eficaz. Si el método anterior no favorece la desinflamación, se puede optar por las siguientes opciones.

  • Medicamentos. Generalmente, los fármacos van dirigidos a disminuir la inflamación, es decir, antiinflamatorios de uso oral. Si la causa de la inflamación es una infección, se utilizan antibióticos.
  • Terapias. La rama de la fisioterapia en la medicina se enfoca en ayudar, mediante ejercicios bien dirigidos, a fortalecer los músculos y articulaciones, aliviando el dolor y evitando su reaparición.
  • Inyecciones. Las inyecciones con corticoides han demostrado su eficiencia a la hora de promover la desinflamación. Para aliviar los casos de bursitis, a veces es suficiente con una sola inyección de corticoides en la articulación afectada.
  • Cirugía. Estas son muy poco empleadas. Se pueden utilizar para drenar el líquido en el interior de la bolsa y así reducir la tensión de la zona. La extirpación quirúrgica de la bolsa sinovial ocurre solo en casos extremos.

Si la inflamación es en las caderas, rodillas o en el talón, se puede emplear un bastón, como apoyo para evitar el sobreesfuerzo de la articulación. Al dormir, se puede colocar una almohada entre las piernas, a la altura de las rodillas, para evitar la presión que se genera en las caderas y rodillas por la mala postura. De estas maneras, se logra disminuir la presencia de bursitis.

Bibliografía

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  • García-Porrúa, C., González-Gay, M. A., Ibañez, D., & García-País, M. J. (1999). The clinical spectrum of severe septic bursitis in northwestern Spain: a 10 year study. The Journal of rheumatology, 26(3), 663–667. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10090179/
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Farmacéutico. Número de colegiado: 1687. Mi formación académica incluye una Licenciatura en Farmacia, y estoy colegiado por el colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo, en colaboración con la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Además, amplié mis competencias con una Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética. Poseo calificación profesional como técnico ortopédico y me he especializado en el campo de la nutrición aplicada al deporte.