Isquemia: Qué es, síntomas y tratamientos

Actualizado el día 18 de mayo de 2023 por Alfredo Carpintero Angulo

La circulación de la sangre cumple un papel esencial en el funcionamiento y mantenimiento del cuerpo. Es por eso, que siempre se debe tener en óptimas condiciones cada uno de los elementos que participan en este proceso. De lo contrario, se podrían presentar problemas graves, como por ejemplo, la isquemia.

¿Qué es la isquemia? ¿Cuáles son los síntomas de este padecimiento? ¿Cuál es la forma correcta de tratarlo?

¿Qué es la isquemia?

La isquemia es un padecimiento que tiene relación con la circulación de la sangre. Siendo más específicos, cuando esta no se efectúa de la manera adecuada. Puede afectar dos órganos principales, el corazón o el cerebro, por lo que, dependiendo su ubicación, se puede identificar como isquemia cerebral o cardíaca.

Debido a que la sangre transporta oxígeno, si su recorrido no es completo, los órganos ven afectado el suministro de este elemento vital. Cuando el padecimiento ocurre en el cerebro, es muy fácil que las células mueran y, en caso de ocurrir en el corazón, el bombeo que este realiza se ve disminuido. Sobre todo, esta enfermedad se presenta cuando el problema ocurre en las arterias coronarias.

Causas de la isquemia

La obstrucción de la sangre puede ocurrir cuando algún elemento extraño se encuentra dentro de las arterias, o cuando estas se cierran, al punto de no permitir que la sangre siga su curso a través del cuerpo, afectando todos los órganos. 

En algunos casos, puede que la obstrucción sea parcial, y la sangre sí logra pasar, pero en cantidades muy pequeñas. Dado que este problema puede ser causado por la mala condición de otros factores, vamos a mencionar algunas de las enfermedades que pueden dar origen a la isquemia, de acuerdo con la página web Medline Plus.

• Ateroesclerosis: Ocurre cuando el colesterol se encuentra en cantidades suficientes como para tapar por completo la arteria, impidiendo el libre tránsito de la sangre.
• Coágulo: Si un coágulo de sangre, comúnmente originado por la presencia de colesterol, se coloca en la abertura de la arteria, también puede obstruirla.
• Espasmo: Tal como un espasmo muscular afecta el funcionamiento del músculo, un espasmo en la arteria restringe el paso de la sangre.

Síntomas de la isquemia

Existen diferentes clases de isquemia, por lo que los síntomas que pueden aparecer varían de una persona a otra. Algunos afectados pudieran no presentar ningún síntoma negativo, al menos en las primeras etapas de la enfermedad. Esto se conoce como la del tipo silencioso. En el caso de las demás clases, suelen causar los siguientes síntomas.

• Presión: Este aparece con frecuencia en la zona del pecho, en el mismo lado del corazón. Si se trata de una isquemia cerebral, el dolor aparece en la cabeza.
• Dolor: Es el síntoma más común. Puede aparecer en distintas partes del cuerpo, siendo el cuello, los hombros y los brazos donde mayormente ocurre.
• Elevación del ritmo cardiaco: Puede ser que la velocidad de los latidos aumente considerablemente, aunque la persona esté descansando.
• Alteración de la respiración: A pesar de que la persona no parece estar enferma, su respiración se ve disminuida considerablemente.
• Malestar estomacal: Este se puede ver en forma de vómitos o náuseas.
• Cansancio: Guarda relación con la incapacidad para respirar, haciendo que la fatiga se presente muy rápido. Esto sucede incluso cuando no se están haciendo actividades físicas.

Con todo, en algunas personas lo que desencadena los síntomas es la actividad física. Cuando se trata de realizar una de ellas, el cuerpo se ve afectado al punto de presentar varios de estos síntomas, o incluso todos.

Los siguientes estudios, basados en las investigaciones previas y la experiencia médica con algunos pacientes, nos permiten ver las similitudes y diferencias al padecer de isquemia cerebral o isquemia cardiaca. También destaca el procedimiento usado y los resultados en estos pacientes.

Tratamiento para la isquemia

Cabe destacar que la isquemia puede aparecer de una sola vez, o ir creciendo poco a poco. Por eso, los médicos deben evaluar bien al paciente antes de determinar el tratamiento a seguir, el cual solo tiene dos opciones: fármacos o intervención quirúrgica. 

Fármacos

Si la persona no presenta riesgos inmediatos para su salud, se puede optar por el tratamiento a base de medicamentos. Estos ayudan a contrarrestar los síntomas y las causas, reduciendo de manera paulatina la enfermedad. Dentro de los más usados encontramos los siguientes.

• Aspirina: Es un conocido anticoagulante, por lo que permite eliminar la presencia de estos elementos en el torrente sanguíneo, favoreciendo la circulación de la sangre.
• Nitratos: Se usa con el propósito de mejorar, e incluso aumentar en tamaño, las arterias. Esto también contribuye a que la sangre pase sin dificultad.
• Betabloqueantes: Si el ritmo cardíaco se acelera, el cuerpo puede adoptar medidas defensivas, por lo que se sugiere el uso de este fármaco para relajar el organismo.
• Ranolazina: También ayuda a dilatar las arterias, consiguiendo que se ensanchen y permitan el paso de la sangre.
• Otros medicamentos: Dependiendo de la causa y los síntomas de la persona, el doctor puede decidir el uso de cualquier otro medicamento que sea provechoso para la salud.

Tratamiento quirúrgico

Cuando la condición de la persona entra dentro de la categoría de muy grave, es decir, que el padecimiento está en una etapa avanzada, las medidas a tomar deben ser aún más radicales. Dentro de los procesos quirúrgicos aprobados encontramos los siguientes.

• Angioplastia: A través de la colocación de un catéter en la parte interna de la arteria, ubicando la parte más angosta de esta. Esto permite que se pueda expandir.
• Bypass: Es un procedimiento para emergencias, debido a que se realiza a corazón abierto. En ella se efectúa un injerto con el vaso de otra parte del cuerpo.

En todos estos tratamientos, es fundamental que se realicen a través de un médico experto, debido a la seriedad tanto del padecimiento como del proceso a seguir. De igual manera, el profesional de la salud deberá hacer un seguimiento al paciente.

Sea cual sea el tipo de isquemia, es una afección que se puede tratar y curar con éxito. Solo se debe seguir la guía de los médicos.