Varicela: Síntomas, Diagnóstico Y Tratamiento - Farmacia Angulo

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Varicela: Síntomas, diagnóstico y tratamiento

Actualizado el día 13 de marzo de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo

La varicela, a pesar de ser hoy día una enfermedad controlada por las vacunas disponibles, puede llegar a aparecer, sobre todo, en los niños. Afortunadamente, además de la vacuna, hay algunas medidas que podemos tomar para evitar el contagio, así como tratar de la manera más efectiva un caso de infección por varicela.

En este artículo mencionaremos qué es la varicela, sus síntomas más comunes, los pasos a seguir para un diagnóstico correcto y el tratamiento apropiado.

¿Qué es la varicela?

Es una infección viral que provoca fiebre y erupciones por todo el cuerpo. Estas ampollas pican y se llenan de líquido. Es causado por el virus de la Varicela-zóster. Esta enfermedad era más frecuente en el pasado. Actualmente, existe una vacuna para proteger a todos desde niños, por lo cual es muy raro ver esta enfermedad hoy día.

Esta enfermedad surge sobre todo durante la niñez. Puede llegar a ser contagiosa si las personas expuestas al virus no han padecido la enfermedad o si no están vacunados. Se contagia por la saliva, el contacto con la piel infectada o con alguna prenda o espacio contaminado.

Síntomas de la varicela

Los síntomas de la varicela aparecen de 10 a 21 días después de contraer el virus. Duran entre 5 y 10 días. Veamos los que se presentan en el comienzo de la infección.

  • Fiebre. Generalmente por debajo de los 39 grados. 
  • Dolor. Puede aparecer en cabeza, garganta y estómago.
  • Inapetencia. Puede que la persona no sienta ganas de comer, o que la cantidad ingerida sea muy poca.
  • Malestar general. Se sienten síntomas similares a los del resfriado común, además de mucho cansancio.
  • Erupciones. Estas suelen ser rojas, muy similares a las producidas por las picadas de insectos.

Una vez aparecen las erupciones, pasan por tres fases. La primera, son los puntos rojos que provocan escozor. Pueden comenzar en abdomen, espalda y rostro, hasta cubrir todo el cuerpo. En un niño sano, las erupciones pueden llegar aproximadamente a 250 ampollas. Si el niño tiene un sistema inmunológico débil, o tiene problemas cutáneos, la erupción se puede volver grave, causando la aparición de miles de ampollas.

Durante la segunda fase, la piel de las ampollas se vuelve delgada y se llena de líquido. Cuando la ampolla llega a su punto máximo, se revienta drenando el líquido en su interior. Las ampollas no dejan marcas, a menos que se infecten por las bacterias que los niños llevan en las uñas cuando se rascan la piel.

En la tercera etapa, es cuando se forman las costras para cubrir la ampolla abierta. Cuando todas las ampollas tienen costras y se caen por sí solas, ya la enfermedad no es contagiosa.

Cabe destacar que, durante el tiempo que ocurre la primera oleada de erupción y cuando estas casi se secan por completo, van apareciendo nuevas erupciones. Si el niño presenta fiebre superior a los 39 grados, desorientación, vómitos, o la erupción se muestra muy roja o sensible, es necesario consultar al médico.

Causas de la varicela

La varicela es causada por un virus llamado varicela-zóster, que se propaga por contacto físico, objetos y prendas contaminadas, y cuando una persona infectada tose o estornuda cerca. Las complicaciones se pueden presentar cuando se contrae la enfermedad de adulto. Los niños vacunados pueden contraer el virus, pero solo tienen brotes leves. Mayor riesgo tienen los siguientes grupos.

  • Bebés. Especialmente aquellos cuyas madres no están vacunadas contra la varicela.
  • Personas no vacunadas. Sobre todo quienes nunca han contraído el virus.
  • Personas con sistema inmunitario débil. Las bajas defensas aumentan el impacto de la enfermedad.

Entre las complicaciones que se pudieran presentar están las infecciones bacterianas de la piel, deshidratación, neumonía, inflamación cerebral, entre otros. El virus de la varicela puede permanecer inactivo en el cuerpo durante toda la vida. En ocasiones se activa ya de adulto provocando herpes zóster.

¿Cómo se diagnostica la varicela?

Un médico puede diagnosticar fácilmente la varicela al analizar las erupciones y los síntomas. Es importante informar previamente al médico si el niño tiene varicela. Este tomará las medidas necesarias para que no se contagien otros niños en el consultorio.

El médico puede recomendar realizar ciertos exámenes, si lo considera necesario, para ayudarlo a confirmar el diagnóstico. Los exámenes pueden ir de un análisis de sangre a un cultivo de muestras. El especialista puede indicar tratamientos para aliviar la comezón, o antibióticos, en caso de que se haya generado una infección cutánea.

Tratamiento para la varicela

La varicela es una enfermedad con un periodo de duración corto. Por esto, puede que el médico elija no indicar medicamentos en niños sanos, y solo dejar que la enfermedad siga su ciclo hasta que desaparezca. De ser necesario puede recomendar los siguientes medicamentos.

  • Antihistamínicos. Para aliviar la comezón y ardor
  • Antibióticos. Para controlar y eliminar una infección en la piel.
  • Antivirales. En el caso de posibles riesgos para reducir la duración de la infección

Existen además otras sugerencias para evitar empeorar la enfermedad y sus síntomas. Entre las recomendaciones sin medicamentos están las siguientes.

  • Evitar rascarse. Es la principal recomendación, porque de esta manera se evitan lesiones, infecciones y cicatrices. 
  • Usar ropa fresca, suelta y suave. La ropa cómoda que no sea calurosa disminuirá la picazón. Es necesario evitar la ropa ajustada o de lana.
  • Tomar baños de agua tibia. Para calmar la piel, se puede probar con baños de agua tibia o añadir al agua del baño avena refinada o almidón de maíz.
  • Evitar el calor. Es recomendable evitar zonas muy húmedas o calurosas, si la piel empieza a sudar se incrementará el ardor y el escozor.

Se debe evitar utilizar medicamentos sin consultar al médico. El ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno pueden estar asociados a complicaciones graves. Se puede emplear paracetamol, difenhidramina o crema de cortisona para aliviar las molestias.

Bibliografía

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Farmacéutico. Número de colegiado: 1687. Mi formación académica incluye una Licenciatura en Farmacia, y estoy colegiado por el colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo, en colaboración con la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Además, amplié mis competencias con una Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética. Poseo calificación profesional como técnico ortopédico y me he especializado en el campo de la nutrición aplicada al deporte.