Cómo identificar y tratar la conjuntivitis en niños
Actualizado el día 16 de septiembre de 2024 por Alfredo Carpintero Angulo
La conjuntivitis, comúnmente conocida como “ojo rosado”, es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el blanco del ojo y el interior del párpado.
Es una afección ocular muy frecuente en niños, especialmente en edad escolar, y puede propagarse fácilmente en entornos como guarderías y escuelas.
Identificar rápidamente los síntomas y aplicar el tratamiento adecuado permite aliviar las molestias del niño y prevenir complicaciones.
Este artículo ofrece una guía práctica para que los padres puedan reconocer y abordar la conjuntivitis en sus hijos. Sin embargo, es importante recordar que la información presentada no sustituye la evaluación y las recomendaciones de un profesional médico.
Tipos de conjuntivitis y sus síntomas
Ya sabemos que la conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, sin embargo, no toda conjuntivitis es igual. Reconocer el tipo que afecta a tu hijo es clave para aplicar el tratamiento adecuado:
Conjuntivitis viral
Este tipo “representan el 80% de todos los casos de conjuntivitis aguda”, según indica cierta investigación.
Es provocada por un virus, a menudo el mismo que causa el resfriado común (como los adenovirus). Dentro de sus síntomas podemos señalar que produce ojos rojos y llorosos, sensación arenosa en los ojos, párpados hinchados y secreción acuosa.
- Contagiosidad. Altamente contagiosa, se propaga fácilmente a través de la tos, los estornudos o el contacto con secreciones oculares.
- Duración. Generalmente, dura entre 7 y 14 días, aunque algunos síntomas como el enrojecimiento pueden persistir por más tiempo.
Conjuntivitis bacteriana
Es provocada por bacterias (como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae o Haemophilus influenzae), puede afectar uno o ambos ojos, según explica un artículo de la revista Children.
Los síntomas de este tipo de conjuntivitis pediátrica se caracteriza por: ojos rojos, sensación de cuerpo extraño en el ojo, secreción espesa de color amarillo verdoso que puede formar costras durante la noche, provocando que los párpados se peguen.
- Contagiosidad. Muy contagiosa, se propaga por contacto directo con secreciones oculares o al tocarse los ojos con las manos sucias.
- Duración. Sin tratamiento, puede durar entre 7 y 10 días. Con antibióticos, los síntomas mejoran en 2 a 5 días.
Conjuntivitis alérgica
Se trata de una reacción del sistema inmunitario a un alérgeno como el polen, el polvo, los ácaros del polvo, el moho, la caspa de animales o ciertos productos cosméticos.
- Transmisión. No es contagiosa, ya que no es causada por un agente infeccioso.
- Duración. Los síntomas persisten mientras la persona esté expuesta al alérgeno desencadenante.
¿Cómo saber si mi hijo tiene conjuntivitis?
Identificar la conjuntivitis a tiempo permite que puedas aplicar tratamientos adecuados y aliviar las molestias, pero puede ser difícil de distinguir de otras irritaciones oculares. Observa atentamente a tu hijo en busca de estos signos y síntomas:
- Enrojecimiento en uno o ambos ojos.
- Lagrimeo excesivo.
- Secreción ocular, que puede ser acuosa, espesa, amarilla o verde.
- Párpados pegados, especialmente al despertar.
- Ojos irritados, con picazón o sensación arenosa.
- Sensibilidad a la luz.
- Ganglios linfáticos inflamados alrededor de las orejas o debajo de la mandíbula.
Cuándo la conjuntivitis puede ser más seria:
- Bebés recién nacidos. La conjuntivitis en bebés menores de un mes puede ser signo de una infección grave. Consulta al pediatra de inmediato.
- Dolor ocular intenso. Si el niño se queja de dolor intenso en los ojos, especialmente si se acompaña de fiebre alta, sensibilidad a la luz o visión borrosa, busca atención médica urgente.
Tratamiento para la conjuntivitis en niños
El tratamiento para la conjuntivitis infantil depende del tipo de conjuntivitis que tenga tu pequeño. Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
La automedicación, especialmente con gotas oculares, puede ser peligrosa y empeorar la condición.
Ahora bien, destacaremos algunos aspectos importante sobre los tratamientos según el tipo de conjuntivitis:
Conjuntivitis viral
El objetivo de este tipo de padecimiento es aliviar los síntomas, pues no existe un tratamiento antiviral específico.
Generalmente, se recomienda hacer lo siguiente:
- Compresas frías. Aplica una toallita limpia y húmeda con agua fría sobre los ojos cerrados del niño durante unos minutos. Repite varias veces al día.
- Lágrimas artificiales. Ayudan a lubricar los ojos y a eliminar las secreciones.
- Higiene rigurosa. Lávate las manos con frecuencia, especialmente después de tocar los ojos del niño. No compartas toallas, almohadas o pañuelos. Lava los juguetes y objetos que hayan estado en contacto con los ojos.
- Reposo. Es importante que el niño descanse para facilitar la recuperación.
Conjuntivitis bacteriana
En este tipo se requiere antibióticos en forma de gotas o ungüentos recetados por un médico, a fin de que haya una recuperación.
- Administración correcta. Sigue las instrucciones del médico al pie de la letra. Lava tus manos cuidadosamente antes y después de aplicar el medicamento. Inclina la cabeza del niño hacia atrás y aplica la gota o ungüento en el saco conjuntival (el espacio entre el párpado inferior y el ojo).
- Cumplimiento del tratamiento. Completa el tratamiento con antibióticos según lo indicado, incluso si los síntomas mejoran antes.
Conjuntivitis alérgica
El objetivo del tratamiento es reducir la inflamación y aliviar la picazón.
En general, se recomienda hacer lo siguiente:
- Identificar y evitar el alérgeno. Si es posible, evita la exposición a lo que esté causando la alergia.
- Gotas antihistamínicas. El médico puede recetar gotas oculares con antihistamínicos para aliviar la picazón y el lagrimeo.
- Lágrimas artificiales. Ayudan a diluir y eliminar el alérgeno de la superficie del ojo.
- Compresas frías. Pueden ofrecer alivio temporal a la picazón y la inflamación.
Prevenir la propagación de la conjuntivitis
La conjuntivitis se propaga fácilmente, pero podemos frenarla con medidas simples:
- Enseña a tus hijos a lavarse las manos correctamente y con frecuencia.
- No compartir toallas, almohadas, maquillaje, gotas oculares.
- Limpia superficie de contacto frecuente como mesas, juguetes, teléfonos.
- Mantén al niño en casa mientras haya secreción o el médico no lo autorice.
Aunque la conjuntivitis es un padecimiento común en la infancia, si enseñas a tus hijos la importancia de la higiene personal, podrás prevenir la conjuntivitis y otras afecciones.
Preguntas frecuentes sobre la conjuntivitis en niños
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene conjuntivitis?
Si observas enrojecimiento ocular, secreción acuosa o espesa, lagrimeo excesivo, párpados pegados al despertar y molestias como picazón o sensación arenosa en los ojos, es probable que tu hijo tenga conjuntivitis. Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso.
¿Qué tipo de conjuntivitis es más común en los niños?
La conjuntivitis viral es la más común en los niños, especialmente en entornos escolares. Es altamente contagiosa y suele estar asociada con resfriados. Sin embargo, también puede presentarse la conjuntivitis bacteriana o alérgica, cada una con síntomas y tratamientos diferentes.
¿Cuánto tiempo dura la conjuntivitis en los niños?
La duración depende del tipo de conjuntivitis. La viral puede durar entre 7 y 14 días, mientras que la bacteriana suele mejorar en 2 a 5 días con tratamiento antibiótico. En el caso de la conjuntivitis alérgica, los síntomas persistirán mientras el niño esté expuesto al alérgeno.
¿Cómo se trata la conjuntivitis en niños?
El tratamiento varía según el tipo de conjuntivitis. La viral se alivia con compresas frías y lágrimas artificiales, la bacteriana requiere antibióticos y la alérgica se trata con antihistamínicos. Es fundamental seguir las indicaciones del médico y no automedicar al niño.
¿Cómo evitar la propagación de la conjuntivitis?
La mejor forma de prevenir la propagación es lavarse las manos con frecuencia, no compartir toallas ni artículos personales y mantener al niño en casa mientras presente secreción ocular. También es recomendable limpiar regularmente superficies y objetos que el niño toque.
Bibliografía
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